El martillo de la prensa parcializada


La prensa cubana —administrada por los mismos viejos que lo dirigen todo—, muchas veces drena en sus trabajos sentimientos negativos o antivalores tan antiguos como contemporáneos. La envidia, la adulación, la delación, la alineación con los poderosos del gobierno y sus familiares, etc., son males que parecen ser más descarnados y visibles cuánto más pobreza material y falta de libertades existe.

La sociedad cubana, cuyo valor primordial es la obediencia al régimen, reconoce calladamente aquellas posturas que no son sanas, aunque las haya impuesto el sistema y sean usadas por una parte importante de la población. La indefensión de la misma es también un producto de las actitudes y procederes de los profesionales de la prensa y los medios de comunicación, que en las dictaduras tuercen el objetivo fundamental de su trabajo, que es informar y formar a la ciudadanía con periodicidad por encima de los intereses de los gobiernos.

Conversé con un amigo y coincidimos en que vemos, escuchamos y leemos con demasiada frecuencia en los medios clichés políticos como la falacia «(…) el modelo actualizado y superior que buscamos desde hace años», tan hueco e infantil como aquel otro de «construir al hombre nuevo»; ¿con los mismos viejos?

Todos los periódicos en Cuba dicen lo mismo y el espíritu que los anima es igual: una entrega incondicional al régimen dictatorial que lleva ¡cincuentiocho años en el poder!

Cuando en los medios aparecen consignas como «combatir lo mal hecho», se refieren a los comportamientos incorrectos de los cubanos de a pie o de sujetos o cuadros intermedios de la población que no tienen padrinazgo en las altas esferas del poder. No denuncian ni cuestionan los actos de los dirigentes al máximo nivel, sus planes o proyectos políticos fracasados ni mucho menos lo que trasciende de sus acciones en el plano individual.

Mi amigo y yo concordamos también en que la prensa cubana, como parte del pueblo, fue sometida por la dictadura y tiene miedo. Yo agregué que además, han creado un clientelismo y un arribismo para obtener favores del todopoderoso gobierno que ha destruido a Cuba.

Sabemos que el martillo de la prensa parcializada no es justo y que la típica censura y control gubernamentales de las dictaduras paralizan a las sociedades. Tras un enriquecedor y amistoso debate, entendimos que como parte del pueblo es comprensible que los trabajadores de la prensa tengan miedo, pero también acordamos que, al menos, deberían ser menos guatacas*.

* término usado en Cuba para etiquetar a los aduladores o serviles.

Acerca de La violencia del silencio

Soy un opositor cubano por tradición y convicción. Vivo en una dictadura y trabajo para la libertad y democratización de mi país. Creé este blog para dejar testimonio.
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4 respuestas a El martillo de la prensa parcializada

  1. Alessandra dijo:

    Los cubanos son bellas personas. Es una pena que los gobiernen esos Castro que hacen mal al pueblo por molti anni. Los quiero y saluto. Congratulazioni per il blog!

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  2. Arnold dijo:

    Yo estar de acuerdo. Estoy en Cuba en 2015 y ver ciudades destruidas y sucias, pero la gente seems no importar. Apoyo tu trabajo, Raphael.

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  3. Sonia Cayetana Rivera dijo:

    Cien x cien d acuerdo con el bloguero y el comentario. Un abrazo desde Madrid.

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  4. Anel izquierdo dijo:

    Estamos de acuerdo en que aquellos que desgobiernan a Cuba la han destruido. Y la prensa vendida ha contribuido a afianzarlos en el poder. Un saludo desde Tampa, compatriota.

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